VERSION DE CINCO PUERTAS
Conducimos el nuevo Renault Mégane
La sección de motor de elmundo.es ha tenido la oportunidad de conducir la nueva generación del compacto francés. Destaca el excelente compromiso logrado entre confort y estabilidad y la finura del motor de gasolina 1.4 TC de 140 caballos. El diésel 1.5dCi gustará por su empuje y economía de consumo.
SERGIO PICCIONE
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El primero de seis
El nuevo Renault Mégane
PARIS.-Llegó la hora de conducir el nuevo Mégane. Por el momento, sólo la versión con la carrocería de cinco puertas que será con la que, a mediados del mes de noviembre, se inicie su comercialización. Estéticamente, su línea, con formas más redondeada que las del modelo actual, resulta agradable. En su parte delantera, recuerda al nuevo Laguna, estableciendo así una relación estética con otros modelos de la gama.
El primer contacto fue con la versión propulsada por el excelente motor diésel de 1,5 litros y 105 caballos de potencia que, después de haber iniciado su vida sobre modelos relativamente pequeños, sorprendió al mostrarse suficientemente capaz para mover al ‘grandote’ Laguna. En el nuevo Mégane se muestra como una excelente opción de compra para quien necesite hacer muchos kilómetros consumiendo poco. Además, por su nivel de emisiones, queda exento del pago del impuesto de matriculación.
Va acoplado a un
cambio manual de cinco marchas, bien escalonado para obtener economía de consumo en trayectos largos. La quinta es relativamente larga para poder mantener velocidades crucero con el menor esfuerzo del motor. Por tanto, en lo que se refiere a la respuesta del motor, la primera impresión es completamente satisfactoria. La insonorización de este propulsor es buena, aunque no todas sus vibraciones son correctamente filtradas, cosa que quedó de manifiesto al pasarse al volante de la otra unidad, equipada con el motor 1.4 TC (turbo) de gasolina, de funcionamiento apreciablemente más fino.
Si el diésel es una mecánica ya conocida, la 1.4 TC es nueva.
Responde a esa política –el downsizing- que están aplicando los fabricantes y que pasa por recurrir a motores de baja cilindrada para reducir los consumos, pero combinándola con el empleo de los turbocompresores –que vuelven a ponerse de moda- para alcanzar altos niveles de potencia y prestaciones.
La potencia que anuncia la marca para este motor es de 130 caballos y por su respuesta, los debe tener. Va acoplado a un
cambio manual de seis marchas, con un escalonamiento progresivo para aprovechar lo mejor posible toda la fuerza. Gracias a esta buena adaptación de la transmisión al motor, la respuesta a las solicitaciones del acelerador es rápida y brillante.
Excelente compromiso entre confort y estabilidad
El recorrido de pruebas realizado no permitió medir consumos medios, pero aparentemente y conduciendo a velocidades normales, las cifras son bastante ajustadas. Pero si se pretende hacer una conducción deportiva, podrían dispararse. En todo caso, de este motor hay que destacar la excelente insonorización y ausencia de vibraciones, lo que contribuye a la sensación de comodidad que transmite el coche.
Porque con él, Renault ha logrado un excelente compromiso entre confort y estabilidad, empezando por una aerodinámica muy cuidada que logra que apenas se aprecian ruidos o silbidos. Además, la suspensión demuestra tener una excelente capacidad de absorción de las irregularidades y, sin embargo, es relativamente firme transmitiendo sensación de seguridad. El tacto de la dirección y los frenos-lo bastante eficaces- también convencen. En conjunto, se puede afirmar que es un automóvil con un comportamiento noble, fácil de conducir y sin ninguna particularidad.
En el interior, hay una importante mejora en la amplitud y, sobre todo, en la capacidad del maletero, no tan lastrado como en el modelo anterior por el radical diseño de la zaga. Los asientos tienen una buena forma y en una época en que los reposacabezas, por motivos de seguridad, llegan a ser incómodos, los de Renault, perfectamente ajustables, son ejemplares. Los materiales tienen buen tacto y aparentan una buena calidad pero, a falta de conocer la totalidad de los colores que se van a ofrecer para su presentación interior, el gris
oscuro que dominaba en las dos unidades que se pudieron conducir, resultaba tristón.
Hay que recordar que además de las dos versiones probadas, en gasolina habrá una versión básica con motor de 1,6 litros, 100 caballos y
cambio de cinco marchas; otra con el de dos litros de 140 caballos, que podrá ir equipada de un
cambio automático tipo CVT (desarrollo continuo); y una más con este mismo propulsor con turbo, que desarrolla 180 caballos. En diésel, habrá también un 1.9 dCi con 130 caballos y caja de seis marchas; y un dos litros de 150 caballos que puede ir acoplado a un
cambio manual de seis marchas o a uno automático, ambos de seis relaciones.
En cuanto a las carrocerías, la ampliación de la gama comenzará a comienzos de 2009 con la versión coupé que el presidente de la marca, Carlos Ghosn, desvelará la semana que viene en el Salón del Automóvil de París. Después, a lo largo de un año y medio, irán introduciéndose las demás variantes: berlina clásica de tres volúmenes, familiar, monovolumen y coupé-cabrio.
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/...1222336326.html
http://www.elmundo.es/elmundomotor/...1222335318.html
Saludos