Zapatero ha dado instrucciones para cerrar antes de fin de año un acuerdo global sobre el Estatuto de Cataluña, dentro de los límites que ha establecido
GONZALO LÓPEZ ALBA
CHEMA BARROSO Zapatero y Chaves, ayer en la reunión de la ejecutiva del PSOE
MADRID. Los socialistas han optado por una triple estrategia para frenar el acoso de la oposición que dirige Mariano Rajoy, recuperar el control de la agenda política y rearmar a su electorado: «desempolvar» los asuntos que más desgastaron al PP en la última fase de su gestión al frente del Gobierno, «desgranar» compromisos de futuro al tiempo que se «ponen en valor» las reformas ya acometidas y «encarrilar» antes de fin de año un acuerdo sobre la reforma del Estatuto de Cataluña.
Así se traslució ayer en la comparecencia del portavoz del PSOE, José Blanco, al término de la reunión de su ejecutiva, que presidió José Luis Rodríguez Zapatero, quien insistió en la la necesidad de explicar «la gestión real» del Gobierno. En consecuencia, se acordó prolongar durante el mes de enero la campaña, que comenzó el pasado fin de semana, para revitalizar el apoyo social a la política del Ejecutivo.
Segunda oleada de la contraofensiva
En esta segunda «oleada» de la contraofensiva socialista se movilizará a los diputados y senadores, con el objetivo de «llegar a todos los ayuntamientos» y mantener la «tensión política», una vez constatado que «cuando plantamos cara al PP, nuestro electorado saca pecho», según indicó un miembro de la dirección.
La campaña de explicación se complementará con el impulso a algunos de los principales compromisos asumidos en el programa electoral: las leyes de Atención a la Dependencia -que se aprobará este mes- y de Igualdad -que se remitirá al Congreso en el primer semestre del año próximo- o las reformas de la Ley Orgánica de Universidades y del IRPF. Además, Zapatero ha dado instrucciones para que la reforma del Estatuto de Cataluña «esté orientada» antes de finalizar el año, dentro de los límites que ya ha fijado, y evitar que el debate territorial siga «sepultando» las reformas que impulsa el Gobierno.
A pesar de que las «alarmas» se encendieron en las últimas semanas a raíz de la publicación de diversos sondeos negativos para el PSOE, en la ejecutiva se respiraba ayer optimismo, no sólo por el conocimiento de nuevas encuestas que apuntan un cambio de esa tendencia, sino también por el apoyo del PNV a los Presupuestos y el de CiU a la LOE. Este cambio de ánimo se reflejó en el discurso de Blanco, quien -aunque no es la primera vez que lo dice- afirmó que el PSOE seguirá gobernando en 2012 y con «una mayoría más amplia» que la actual.
«El jefe de la crispación y la mentira»
Zapatero sostuvo, a puerta cerrada, que el PP ha tocado fondo con su estrategia de «crispación», que, a su juicio, le resta credibilidad como alternativa.
En consonancia con su análisis, el «número dos» del PSOE acusó al líder de la oposición, Mariano Rajoy, de ser «el jefe de la crispación y la mentira», con el pronóstico añadido de que «o pone fin a la crispación o la crispación pondrá fin al señor Rajoy». Por si acaso, el PSOE está dispuesto a «echar una mano».
Así, su portavoz no ocultó la decisión del PSOE de forzar la comparecencia de Rajoy ante el Congreso para que explique «las mentiras» del «Prestige» a la luz de los nuevos datos revelados este fin de semana por la cadena Ser y «El país», que apuntan a que «la decisión de hundir el barco la tomaron desde el primer momento los políticos», al frente de los cuales estaban el propio Rajoy, entonces vicepresidente del Gobierno, y Francisco Álvarez-Cascos, ministro de Fomento. El PSOE no tomará la iniciativa de pedir formalmente sus comparecencias, pero apoyará la petición que ya ha anunciado Izquierda Unida. «El señor Rajoy, que mintió y era el máximo responsable de la gestión de la catástrofe, y el señor Cascos, tendrán que dar explicaciones y el mejor sitio es el Parlamento», adelantó Blanco, quien argumenta que «han aparecido datos nuevos» para negar que su partido esté «recurriendo al pasado».
«Un arsenal de mentiras»
El interés del PSOE en sentar cuanto antes la existencia de «responsabilidad política» del Gobierno del PP en esta catástrofe tiene no sólo una motivación política, sino también económica, según alegan fuentes gubernamentales. El Ejecutivo advierte de que el contenido de la grabación de una conversación del director de la Marina Mercante, que apunta a una decisión estrictamente política en el hundimiento del buque, puede llevar al juez a atribuir toda la responsabilidad al Estado -liberando de la carga a los responsables del barco y, por tanto, al consorcio de aseguradoras-, en cuyo caso el Estado tendría que correr con todos los costes y, según se calcula, desembolsar 1.500 millones de euros -un cuarto de billón de pesetas-.
Pero el PSOE no considera el «Prestige» un caso aislado. Lo enmarca en la afirmación de que «el engaño masivo no se produjo entre el 11 y el 14 de marzo de 2004, sino que fue una seña de identidad de los ocho años de gobierno del PP, una seña de identidad que mantiene en la oposición». Así, Blanco volvió a recordar «el embuste de las armas de destrucción masiva» y subrayó que «ahora se sabe que lo que se presentó como una misión humanitaria en Irak era una misión bélica» -el ministro de Defensa, José Bono, ya ha adelantado su disposición a comparecer en el Congreso para informar de los ataques a que tuvieron que hacer frente las tropas españolas, como ha pedido Izquierda Unida-. Blanco también esgrimió el «fraude de la identificación de los cadáveres del Yak-42», para concluir que «de mentiras había un arsenal de armas en manos del PP».
Deslealtad en los asuntos de Estado
Además, el portavoz de la dirección del PSOE se esforzó por presentar al PP como «desleal» en los asuntos de Estado, con dos referencias: la lucha antiterrorista y la negociación de las perspectivas financieras de la Unión Europea. Blanco sostuvo que en la lucha contra ETA lo único que ha cambiado es que «el PP antes llamaba miserable a Otegi -portavoz de la ilegalizada Batasuna- y ahora lo considera una voz autorizada», y también que lo que más «daña» la posición negociadora de España en Europa es la actitud del primer partido de la oposición.
El Gobierno advierte de que la gestión que se hizo del «Prestige» puede obligar al Estado a pagar 1.500 millones de euros,
Increible: un gobierno que hace oposicion a la oposicion, en vez de gobernar, obligacion que se encuadra como complementaria a uno de los tres frentes.
Y yo que creia, iluso de mi, que un gobierno tenia que hacer las cosas bien para crecer frente a la oposicion, y resulta que no, que hay que hacerle oposicion!
Simplemente patetico.
saludos
