Carné de conducir por móvil

  • Viernes, 29 de Abril de 2005
  •  Redacción GSMspain
  • 0

Detenidas 84 personas y cerradas 100 autoescuelas por filtrar las respuestas de los test a través del móvil.

Carné de conducir por móvil
Ochenta y cuatro detenidos, 12.000 permisos de conducción fraudulentos, 24 millones de euros de ganancias y 100 autoescuelas clausuradas. La Guardia Civil ha descubierto un macrofraude en los exámenes de conducir que se extiende por 19 provincias españolas. Los examinados pagaban hasta 3.000 euros para conseguir las respuestas correctas del teórico. Las recibían a través del móvil. Si era la «a» vibraba una vez, si era la «b» dos, y así sucesivamente.

Sacarse el carné de conducir cueste lo que cueste. Esta máxima ha sido aprovechada por casi un centenar de dueños y empleados de autoescuelas que, aprovechándose de la telefonía, han montado una red que bien podría llamarse «respuestas correctas de exámenes de conducir a través de móvil a un módico precio».
La Guardia Civil detuvo ayer a 84 personas en 19 provincias españolas relacionadas con esta práctica fraudulenta. Cobraban entre 1.200 y 3.000 euros, dependiendo del tipo de permiso que se quisiese aprobar, a cambio de las contestaciones del examen. Una denuncia de un ciudadano ceutí puso en alerta a los Cuerpos de Seguridad, quienes, al tirar del hilo, se percataron de las desmesuradas dimensiones de la red.

La Guardia Civil puso a disposición judicial a 84 personas en relación con una red que podría haber puesto en circulación unos 12.000 permisos de conducir fraudulentos, tras facilitar a los aspirantes las respuestas de los exámenes teóricos a través de sus teléfonos móviles. Entre los detenidos hay tres funcionarios de la Jefatura de Tráfico de la comunidad valenciana, según reveló Carlos Guitar, teniente coronel jefe de la Guardia Civil de Valencia. Sobre estos funcionarios dijo que «las Jefaturas Provinciales de Tráfico tenían los exámenes a buen recaudo, no se habían denunciado la sustracción de los mismos y por ello determinamos que había gente implicada en algunas Jefaturas». La operación, que continúa abierta, se ha desarrollado en 19 provincias y está prevista la clausura de más de cien autoescuelas, según informó la Dirección General de la Guardia Civil.

Dueños y empleados de autoescuelas

La mayoría de los involucrados, en esta operación denominada «Chuleta», son dueños de autoescuelas y formaban una red dedicada a facilitar las respuestas y los ejercicios para la obtención de los permisos de conducir en todas sus categorías, incluyendo los que habilitan la conducción de vehículos dedicados al transporte de materias peligrosas.

Operación chuleta

La operación se inició el pasado mes de mayo, cuando la Guardia Civil detectó en Ceuta una serie de irregularidades en los exámenes teóricos para la obtención de los permisos de conducir.

Posteriormente, se averiguó que los alumnos obtenían las respuestas de los exámenes mediante el empleo del teléfono móvil, consistente en la realización de un número determinado de «toques» en función de las respuestas correctas.

El fraude podría haberse cometido, además de en Ceuta, en otras 18 provincias: Sevilla, Valencia, Alicante, Cádiz, Granada, Córdoba, Jaén, Gerona, Barcelona, Orense, Pontevedra, León, Cantabria, Madrid, Ciudad Real, Soria, Albacete y La Rioja.

Los dueños y empleados de autoescuelas facilitaban las respuestas tras el pago de importantes cantidades de dinero, que oscilaban entre 1.200 y 3.000 euros, dependiendo de la importancia del permiso o licencia a obtener.

En una primera valoración, los investigadores calculan que la organización podría haber facilitado la obtención de unos 12.000 permisos de conducir de forma fraudulenta, con lo que podrían haber obtenido unas ganancias superiores a los 24 millones de euros. Además, fueron intervenidos más de 500 ordenadores, en los que se han confiscado numerosos exámenes originales y plantillas, así como 300.000 euros en metálico.

La organización estaba perfectamente jerarquizada y estaba compuesta por cabecillas, captadores, intermediarios y clientes. Los primeros, eran los que conseguían los ejercicios y las plantillas de los exámenes.

Usando un teléfono móvil

El opositor, una vez en el interior del aula, y al ver el examen teórico que le correspondía, contactaba con la organización para que le facilitasen las respuestas, identificando el test con uno de los números de referencia del examen.

Posteriormente y con el teléfono móvil oculto y mediante el empleo de «toques», participaba al «contacto» cuál era su número de examen, quien disponía de todas las plantillas y reproducía otra llamada para comenzar a pasar las respuestas.

De esta manera el opositor tras recibir la llamada y con el aparato en modo «silencio y en vibración», comenzaba a recibir una serie de llamadas sucesivas, y con estas se iban identificando las respuestas en función de las vibraciones.

Bajo nivel cultural

La mayoría de las personas examinadas eran de bajo nivel cultural, algunos de ellos no sabían leer ni escribir, y en otros casos eran personas que tenían estudios pero poco tiempo para poderse examinar. Algunas de los alumnos entraban en contacto con la organización a través de los captadores, que eran los que, con sus coches, los llevaban hasta la ciudad elegida para hacer los ejercicios. También se ha descubierto que algunos de estos opositores se apoyaban en el uso de programas informáticos creados para contestar acertadamente las respuestas de los exámenes que la organización preparaba en la red de autoescuelas involucradas. La operación, dirigida por el juzgado de Instrucción número 2 de Ceuta, continúa abierta por lo que no se descartan nuevas intervenciones.

Enlaces de interés

Más información
Fuente: La Razón

Comentarios