Mi único rojo es de un mal vendedor que no supo asumir su responsabilidad y mintió en la venta cuyo argumento para ponérmelo es que se lo he puesto yo merecidamente sin faltarle al respeto como ha hecho él.

No hables si lo que vas a decir no es más hermoso que el silencio.
El sabio no dice lo que sabe, y el necio no sabe lo que dice.
La primera vez que me engañes, será culpa tuya. La segunda será culpa mía.