Pitan todas las señales: el acid vuelve. La gran explosión fue en 1988, cuando la música electrónica tomó el «mainstream» al asalto. Todos recordaremos que con el cambio de década las discotecas españolas se movían a ritmo de «acid» (en particular concepción ibérica) y los mercadillos rebosaban de pulseras, pañuelos y chapitas con el logo de «smiley», símbolo de la escena acid house.
Tanto triunfó el acid y su cultura expansiva y optimista que en 1988 se acuño el término «segundo verano del amor», siendo el primero la explosión del flower power hippie de San Franciso en 1967. Los «revivals», ya se sabe, suelen tener intervalos de veinte años.
El acid tiene una historia curiosa. Nace de un aparato electrónico que sus inventores –la firma Roland– consideraron un fracaso, hasta el punto de retirarlo del mercado. Se trataba de la TB-303, un simulador de bajos, cuyos resultados fueron considerados de lo más cutre, aunque fascinaron a unos cuantos DJs de la activa escena de Chicago: Nathaniel Jones, Spanky y DJ Pierre.
«Al principio, nos quedamos tan sorprendidos del sonido, que pensamos que era alguna mierda que había que borrar antes de programar el aparato», recuerda DJ Pierre. «El “acid house” suena como si se hubiera derramado ácido sobre el aparato». Una estrella local del momento, el DJ Ron Hardy, les dio una oportunidad y pinchó su primer tema, «Acid trax», en el club Music Box, uno de los más prestigiosos de Chicago.
La fiebre acid del 88 contagió incluso a escenas pop como la inglesa, donde influyó a superventas pop como Stone Roses, Happy Mondays, The Shamen o EMF (los de la mítica «Unbelievable»). En el fondo, una influencia lógica, ya que el acid es un estilo hermano de la psicodelia. Según Spanky: «Lo llamé acid porque me sonaba al viejo acid rock con un beat de fondo. Con ese sonido no podíamos llamarlo house porque no sonaba como el house, así que el estilo se quedó con lo de acid house». Otro ejemplo: lo fácilmente que adaptaron Primal Scream a la electrónica el «Slip inside this house» de los lisérgicos 13th Floor Elevators. Ahora la cultura de clubes recupera el espíritu festivo de «Smiley». El más explícito es el francés Luke Vibert, una de las estrellas del Sónar 2005. Su último compacto se titula «Lover’s Acid». Otros clásicos que actualmente se inspiran en el género son Aphex twin y Squarepusher. Dentro del «comeback», se considera que otro puntal básico es Abe Duque, incluido en el cartel de Benicàssim 2005, remezclador de superventas como Moby o The Chemical Brothers. El género también dejó huella en Norman Cook, alias Fatboy Slim, que gira en septiembre por nuestro país.
El sello Soul Jazz acaba de editar dos volúmenes con la historia del acid de Chicago, bajo el título «Can you jack?» (aquí los distribuye K Industria). Pete Reilly, uno de los directivos de Soul Jazz, explica que «hay decenas de recopilaciones con las canciones clásicas, así que nos hemos centrado en las joyas desconocidas. Es increíble lo contemporáneo que suena todo aquello, veinte años después de componerse, sólo hay que escuchar temas como «Beyond The Clouds» (Mr. Fingers) o «Phuture Jacks» (Phuture).
Otro indicio de la fiebre: la compañía sueca Audiorealism ha comercializado por 95 euros un software que emula el sonido de la mítica Roland 303. Pueden incluso probarla gratis en la dirección web: Debes estar logueado para poder ver los enlaces.. La revista de tendencias «Go» dedicó recientemente al retorno del acid un especial de siete páginas, donde el crítico Javier Blánquez dejó claro su entusiasmo: «Después de la de Jesucristo, no ha habido otra resurrección más esperada y celebrada que la del "acid house"».
Tras años de espera y conatos de revival, ha comenzado a profilerar material con abundancia y calidad. Todo apunta a la resurrección de la 303 de Roland. La «bassline» ácida vuelve para quedarse. Acompaña al número un compacto titulado «Sm
e», con artistas actuales como Plastikman, DK7, Alex Kid o los españoles Ferenc. Otro de los cultivadores actuales del estilo es el sueco Jesper Dahlbäck: «Podemos decir que el acid ha vuelto, pero no creo que se pueda hablar de un revival. Para mí nunca se fue». Los analistas más cáusticos relacionan la vuelta del acid con una larga temporada en la que no se ha inventado nada nuevo. Pero, sea por el motivo que sea, cuesta encontrar un «clubber» que no se alegre de los indicios de retorno de este estilo elegante, fiestero y contagioso.-----
Jeje que recuerdos, yo tenía 10 años en el 88, y aun tengo por casa viejos casettes que hace años que no utilizo y no se oyen, con el logo en la carátula jeje, con el "dance" de esa época o lo más bailado de esas épocas.
Fue la época y los años anteriores a la llegada masiva de la mákina, bakalao, techno, etc.
Saludos
