Irene Lozano junto a sus excompañeros de partido. ANTES UPYD AHORA PSOE

Estos son sus principios, sus finales ya los imaginamos.

El PSOE de hoy es una empresa. El director del consejo ¿o debería decir CEO?, ha incorporado a un fichaje de la competencia. La lógica empresarial dicta las reglas e Irene Lozano tiene el perfil de ventas adecuado: dosis adecuada de agresividad, ambición, falta de escrúpulos, de moral y ningún prejuicio ideológico (lo llaman pragmatismo). Sánchez sueña con el próximo botín. La otra Botín le espera con una sonrisa.

Porque la estrategia de Pedro Sánchez es, efectivamente, la de ganar o irse a su casa. Hace quince meses era un completo desconocido y, sin embargo, en la recta final de la legislatura y ante la descomposición acelerada del PP, se encuentra en condiciones de llegar a la Moncloa. Actúa con la ambición y con la desesperación de quien sabe que no va a tener una segunda oportunidad. Su discurso ha ido ganando en agresividad de fin de semana en fin de semana y esa agresividad se ha trasladado a su forma de actuar: desde la "limpia" en el PSM hasta el fichaje de Irene Lozano. La campaña la planteará en términos presidencial-cesaristas y las menciones a las siglas del PSOE serán las mínimas imprescindibles, por mucho que hayan "rehabitado" el logo del puño y la rosa. El tiempo dirá si se equivocó o si le salió bien la jugada.

Mientras, en el "alma" del PSOE (la Federación Andaluza), se afilan los cuchillos jamoneros; ten cuidado, Pedrito...

Bueno hombre Pedro lucha por conseguir el retiro con el sueldo nescafe de ser presidente, que no es moco de pavo, y si hay que meter a la competencia en el partido, pues se mete, y si tengo que prometer cosas que no pienso cumplir, pues lo prometo.

Se escucha por los mentideros que la señora Lozano tiro algún lazo por Ciudadanos pero se fue de vacío. La política profesional cada día se parece más al fútbol. Tendrá cláusula de rescisión?