Cierto es que los miembros y votantes de Bildu no aprecian (o incluso odian) al Monarca y también que por las constantes amenazas de los etarras el Rey tuvo que dejar de lado, al convertirse en soberano, la costumbre regia de veranear en un marco incomparable como San Sebastián.
Pero en sus escasas visitas a la ciudad, con cuentagotas por una cuestión de seguridad, se han mezclado siempre las proclamas independentistas con los aplausos de donostiarras que sí han agradecido su visita.
Así ocurrió la última vez que acudió a la capital guipuzcoana en compañía de Doña Sofía, el 11 de noviembre de 2009, para inaugurar la remodelación del Aquarium de la ciudad, a la que también asistió Carolina de Mónaco porque su abuelo impulsó la Sociedad Oceanográfica de Guipúzcoa, fundadora del museo marítimo. Para entonces el País Vasco ya estaba gobernado por un lehendakari socialista. Mientras decenas de personas saludaban con vítores el acto, a 100 metros la Ertzaintza tuvo que retener una manifestación antimonárquica promovida por el entorno batasuno. También su hijo Don Felipe decidió, durante su luna de miel en 2004, hacer una parada en la ciudad en la que veranearon algunos de sus antepasados. Y también él y Doña Letizia recibieron los aplausos de muchos donostiarras a su paso por la playa de la Concha.
Pero la relación del Rey con San Sebastián se remite a sus años de estudiante. El Palacio Miramar, por cuyos jardines tantas veces paseó su bisabuela María Cristina en sus días de descanso, acogió a Don Juan Carlos cuando aún era un joven príncipe. Fue en plena bahía, sobre la cubierta del Azor y con el Palacio vigilante, donde Don Juan pidió a Franco que permitiera a quien sería el futuro jefe de Estado estudiar en España y no en el exilio. A los pocos meses de aquella conversación de agosto de 1948, Su Alteza volvió de Estoril para pasar parte de su preadolescencia (de los 10 a los 15 años) en la capital donostiarra.
Franco nunca utilizó la casa de veraneo de los Borbones, prefirió el Palacio de Ayete, pero dejó que Don Juan Carlos se estableciera para sus estudios en el edificio de estilo británico que María Cristina ordenó construir a finales del siglo XIX y en la que su nuera Victoria Eugenia, casada con Alfonso XIII (abuelo del Rey), se convirtió al catolicismo en 1906.
Seguridad
Don Juan Carlos pasó sus años más jóvenes en San Sebastián y se marchó a Madrid para cursar el Bachillerato. Su relación con el País Vasco, desde entonces, no ha sido fácil. Pocos días después de la dimisión de Adolfo Suárez, y ya como jefe de Estado, el Rey volvió a tierras vascas a un acto en Guernica el 4 de febrero de 1981. Cuando empezó a hablar, todos los simpatizantes de la entonces Herri Batasuna interrumpieron su discurso con el puño en alto y entonando el Eusko gudariak.
Desde entonces sus visitas a las provincias vascas han estado rodeadas de fuertes medidas de seguridad. Aquel día ocurrió lo mismo que en su última visita a San Sebastián, mientras unos abucheaban, otros aplaudían.
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