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Originalmente escrito por Avance
Me parece mal la obligación de aceptar un trabajo, pero peor me parece pensar en que alguien (estado, empresas?¿) te DEBEN un trabajo relacionado con tus estudios. Estoy a un año de terminar dos carreras independientes cursadas a la vez, una beca me paga la universidad y tengo dos trabajos: uno de ellos una gozada en la que cobro mucho por nada y otro que es el de mis sueños, un "cargo" importante en una de las primeras empresas del sector donde el más joven en un puesto similar me saca 15 años (tengo 21). NADIE me ha regalado nada NUNCA, jamás he sabido lo que es estar enchufado, y desde dos años antes de acabar la carrera trabajo haciendo lo que mis compañeros sueñan con conseguir algún día. Si has estudiado tus 6 añitos y no te quieren en lo tuyo... tío, no eres tan especial, hay cientos que habrán hecho lo mismo y mejor, por eso a tí no te contratan.
Es que los empresarios bla bla bla... Pues hazte empresario si es tan fácil
Es que los políticos bla bla bla... Pues haberte afiliado y matado a besar c*l*
Es que bla bla bla bla bla...
Hoy en día una carrera no es nada, ni dos ni tres. Si quieres ganar dinero, como bien se ha dicho, hazte fontanero y sabrás lo que es pasta. Si quieres vivir bien haz algo en lo que seas bueno (si lo eres en algo, no todos somos competentes). Y si no eres bueno y creíste que un título=3000€/mes... pues si quieres comer friega suelos.
Nadie te debe NADA, recién titulado, no te mates a excusas porque haya gente mejor que tú.
No sé los demás, pero yo no estoy hablando de regalar nada ni de que, por tener título, te
DEBAN un puesto de trabajo. Estoy diciendo que una carrera requiere:
- Mucho esfuerzo.
- Mucho tiempo.
- Mucho dinero de quien estudia, pero especialmente del Estado por mantener el sistema educativo.
Y, en función de eso, lo lógico es que todo ello se aproveche en lugar de tirarlo por el retrete o dejar que otros países hagan uso de ese capital humano a coste cero en formación.
Porque si no, entonces lo que debería de hacer el Estado es restringir el número de plazas ofertadas en las universidades para adecuarlas al mercado. Si esto no se hace, entonces de nada sirve excusarse con que existen sólo 300 plazas para 500 personas, dado que desde las instituciones se propaga un mensaje y el contrario. Si esas plazas ahora no existen es porque se han destruido en lo que llevamos de "recesión"
nada más y nada menos que 1 millón de empresas (insisto, por ahora).
Un licenciado de lo que sea ha pasado una cantidad de filtros intelectuales y formativos bastante importante a lo largo de toda su vida y ello le acreditan como competente para desempeñar un trabajo relacionado con sus estudios así como una capacidad de adaptación y aprendizaje más alta que el resto para afrontar trabajos cualificados para los cuales no tiene formación directa. Por esa razón, y vuelvo a repetir, muchas de esas personas que no encuentran trabajo teniendo formación superior o no están contentas con lo que tienen, deciden marcharse a otros países en donde SÍ les ofrecen
UNA OPORTUNIDAD, no un puesto de trabajo, que al fin y al cabo es lo mínimo exigible a aquellos que durante tantos años han apostado institucionalmente en ti para que adquieras una formación especializada. Sin embargo, aquí la oportunidad que se da a la juventud con formación superior es la de recoger aceitunas o fresas en el campo, so pena de ser apuntado con el dedo como vago o acomodado. Pues mira, yo estoy totalmente en contra de que se haga eso con la gente joven y recién licenciada.
Creo que la validez o incapacidad de una persona con formación superior para desarrollar una labor en un puesto de trabajo DEBE juzgarlo el mercado y la práctica real, no el Ministro de trabajo, pescadero, que aún no está claro si obtuvo finalmente la EGB. Y para ello, debe existir primero una oportunidad en donde poder medir con precisión cuánto vales realmente al margen de tus logros académicos, que es justo lo que no se ofrece. No sería la primera vez que me encuentro a gente con expedientes impecables y tan arrogantes como incapaces de realizar sus funciones de manera adecuada.