Ya lo fue. Opel fue uno de los pioneros en aportar la versatilidad inherente del monovolumen clásico a un concepto de tamaño mucho más reducido. Sus asientos traseros FlexSpace marcaron tendencia. Su habitáculo podía ir despejándose de banquetas en función de las necesidades del momento, sin necesidad de sacarlas de habitáculo. Ahora Opel garantiza una utilización más sencilla, cómoda e intuitiva de sus camaleónicas plazas traseras.
A ellas se accede ahora por unas puertas que abren en sentido opuesto a las delanteras. Lo hacen con un ángulo máximo de 84 grados, facilitando enormemente el acceso. Se han requerido cientos de patentes y el reto industrial recae en la planta de Figueruelas, donde se fabricará en exclusiva el Meriva. Por motivos de seguridad, se ha conservado el pilar central —mayor rigidez estructural y mejor protección en caso de impacto lateral—, aunque a diferencia del Mazda RX8, no es necesario tener las puertas delanteras abiertas para poder abrir las traseras.
Su nuevo estilo bebe de las fuentes de los últimos productos de la marca, Insignia y Astra. Asientos o diseños interiores tienen ese hiló común que cabe esperar. Hay una paleta de seis posibles colores en el interior. Entre las notas prácticas, cabe destacar la consola FlexRail, ubicada entre los asientos delanteros, o el FlexFix, el portabicicletas integrado en el paragolpes traseros.
El Meriva utilizará inicialmente siete motores con potencias comprendidas entre los 75 y los 140 CV. También habrá una versión con bajo nivel de emisiones denominada EcoFlex. Habrá cajas de cambio manuales de 5 ó 6 marchas, así como una automática de 6 velocidades, aunque Opel aún no ha definido qué motor la incorporará.
