Ayer martes, un hombre de 50 años que padece dislexia entró en un concesionario de coches deportivos de Barcelona y, sacando del bolsillo un fajo de billetes, solicitó a gritos que le enseñaran “el mejor chochazo que haya en la tienda” con la intención, según añadió, de llevárselo puesto. Los empleados, todos hombres, se vieron desbordados por la extraña petición del cliente, aunque su vocación de servicio les empujó a intentar ayudarle.
“Estuvimos haciéndole ver que allí lo que vendíamos eran coches y no servicios sexuales”, comenta Martín, gerente del concesionario. “No sabía que nuestro concesionario, que además se llama ‘Concesionario Los Cuñados Gran Turismo’, pudiera dar lugar a este tipo de equívocos. Yo, ante su desesperación, incluso me ofrecí a hacerle una fel*c*on o a presentarle a mi mujer, pero él insistía en que quería algo muy potente y que le pusiera a cien enseguida, así que tuvimos que buscar en las Páginas Amarillas”.
Según informan, el hombre decía “lo quiero para hacer esto” y ponía los brazos como fingiendo conducir un volante inexistente. “Y yo le vi hacer esos gestos y… jolin, yo no he visto v*g*na tan grandes en mi vida”, declara Martín.
El cliente se marchó del concesionario cabizbajo y con las mejores prostitutas que Martín pudo encontrar en Páginas Amarillas, agarradas de su brazo y arrastrándole fuera del local mientras él miraba los coches.
“Visto a posteriori, tendría que haberle intentado vender un cochazo… al fin y al cabo, pasearte con uno es la mejor manera de conseguir chochazos”, concluye Martín.
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